Expertos aseguran que se debe actuar sin demora y con mayor ambición para reducir la contaminación del aire en España
- El curso «La calidad del aire en España» ha dado comienzo a la Universitat d’Estiu de la UJI que se celebra en Benicàssim.
La Universitat Jaume I ha comenzado hoy en el Hotel Termas Marinas El Palasiet de Benicàssim el curso «La calidad del aire en España», con el que se inicia la Universitat d’Estiu UJI 2022. La inauguración ha sido a cargo de la rectora de la UJI, Eva Alcón, y del director general de Calidad del Aire y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ismael Aznar, que han estado acompañados por Joan Piquer, director general de Calidad y Educación Ambiental de la Generalitat Valenciana; Paula Tuzón, secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana; la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, y Xavier Querol, director del curso y profesor investigador del CSIC.
Durante su intervención, la rectora de la UJI ha destacado «la importancia de abordar desde una perspectiva multidisciplinaria la reducción de la contaminación atmosférica, una contaminación que tiene un impacto directo sobre nuestra salud». Los estudios de la Agencia Europea de Medio Ambiente reflejan que el deterioro de la calidad del aire se suele relacionar con 370.000 muertes al año en la UE. En este sentido, ha asegurado que «se trata de uno de los mayores desafíos climáticos, que exige la implicación de universidades, centros de investigación, administraciones, el sector privado y organizaciones ambientalistas». Alcón ha avanzado que «con este curso se quiere recuperar la iniciativa de seminarios sobre calidad del aire promovidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y las comunidades autónomas y convertir a la UJI en sede principal de estos debates globales y promover una toma de decisiones basada en la evidencia científica».
Por su parte, el representante del gobierno central, Ismael Aznar, ha corroborado la necesidad de trabajar para reducir la contaminación del aire, puesto que a pesar de que «la calidad del aire ha mejorado en España a lo largo de las últimas décadas, continuamos teniendo serios problemas en contexto urbano, donde vive la mayoría de la población». Aznar ha recordado que «la OMS, que en múltiples ocasiones ha reclamado mayor ambición, presentó en septiembre de 2021 sus nuevas directrices de calidad del aire, que fijan unos objetivos mucho más exigentes que los que recoge el actual marco normativo y que servirán de aliciente para continuar trabajando en la mejora continua en este ámbito». El director general de Calidad del Aire ha explicado que el Ministerio está trabajando en esa línea y «está impulsando un paquete de medidas en materia de calidad del aire, muchas de ellas ya adoptadas, dirigidas a conseguir un entorno saludable para la ciudadanía». Aznar ha incidido en que «la contaminación atmosférica es una de las causantes de enfermedades crónicas graves como pueden ser el asma, los problemas cardiovasculares y el cáncer de pulmón».
El director del curso y profesor investigador del CSIC, Xavier Querol, ha señalado la necesidad «de aproximarse lo más pronto posible a las directrices que marca la OMS, unos niveles que la mayoría de las zonas urbanas no cumplen actualmente».
El curso ha continuado con una mesa redonda sobre las tendencias legislativas actuales con las que las instituciones quieren conseguir una mejora en la calidad del aire. El oficial técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Román Pérez, ha explicado que las directrices que ha marcado la institución ante la calidad del aire contienen recomendaciones relativas a niveles indicativos sobre la calidad del aire y también objetivos intermedios referidos a seis contaminantes clave como son la materia particulada (MP₂,₅ y MP₁₀), el ozono (O₃), el dióxido de nitrógeno (NO₂), el dióxido de azufre (SO₂) y el monóxido de carbono (CO). El hecho de cumplir los objetivos intermedios como reducir los parámetros de contaminación relativos a la materia particulada también ofrecería importantes beneficios para la salud, según explica Román Pérez, como puede ser la disminución del 48% del total de las muertes atribuidas a la exposición a este tipo de partículas, observándose el mayor impacto de este cumplimiento en regiones de Asia Sudoriental y de África, con reducciones del 57% y del 60%, respectivamente, de las muertes por la contaminación del aire por las MP₂,₅.
Así, el dirigente de la OMS cree que «alrededor del 80% de las muertes que se atribuyen a la exposición a las MP₂,₅ en todo el mundo podrían evitarse si los países alcanzaran el nivel anual indicado en las directrices marcadas para ese tipo de partículas». En este sentido, se tiene que decir que en 2019, más del 90% de la población mundial vivía en zonas en las que las concentraciones superaban los niveles de referencia fijados por la OMS en 2005, según Román Pérez, quien quiso recordar que «la contaminación del aire favorece que se produzcan partos prematuros y otras causas de muerte entre niños y lactantes, y que sigue siendo una de las principales causas de la carga de morbilidad de los países de ingresos medios». La mesa redonda ha continuado con la intervención de Vicente Franco, director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, quien ha desgranado las actuales directivas de la calidad del aire y la propuesta de revisión que se está acabando de terminar desde la Unión Europea. Franco ha explicado que la Comisión Europea tiene «el compromiso de alinear más estrechamente los límites de contaminación en el aire ambiente con los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud, actualizados recientemente (septiembre de 2021)». Según ha indicado el representante de la Comisión Europea, se prevé que la Comisión presentará esta propuesta al Consejo y al Parlamento Europeo en Bruselas durante la segunda mitad de 2022. No obstante, Franco ha insistido «en la importancia no solo de rebajar los valores límite de contaminación, sino también de mejorar los aspectos técnicos (como se hace la monitorización de la calidad del aire) y también el marco jurídico en su conjunto: desde la definición de las multas por incumplimientos o la mejora de la información sobre la calidad del aire disponible para los ciudadanos y sus posibilidades de acceso a la justicia».
Los expertos y técnicos consideran que la regulación comunitaria actual es insuficiente y no se puede dejar a la ciudadanía desprotegida ante los altos índices de contaminación. Por este motivo, desde el Ministerio de Transición Ecológica ya se ha empezado a trabajar «para conseguir objetivos más exigentes», según explica la Subdirectora General de Aire Limpio y Sostenibilidad Industrial del Ministerio de Transición Ecológica, Marta Muñoz. Así, se ha puesto en marcha el Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica de España, que incluye un total de 57 medidas dirigidas a alcanzar los compromisos establecidos para España en la directiva de «Techos Nacionales de Emisión» para 2030. Entre ellas se encuentran medidas de reducción de los precursores de ozono, el óxido de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles no metálicos.
Además, desde el ejecutivo se están impulsando otras iniciativas como el Plan marco de actuación a corto plazo en caso de episodios de alta contaminación, un real decreto donde se aprueba el reglamento de emisiones industriales y de desarrollo y el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente o el Plan Nacional de Reducción del Ozono. Para Muñoz, «la mejora de la calidad del aire y luchar frente a la emergencia climática es un reto que hace necesario adoptar un enfoque global que alcance sectores muy diversos, desde el transporte hasta la planificación local, pasando por la energía, la agricultura o la industria y que reúna a todas las partes interesadas», señala.
La experta concluye que se tienen que cumplir los objetivos de la calidad del aire de la OMS integrándolas en la normativa comunitaria, y «se tiene que actuar sin demora».
La Jornada ha continuado con varias ponencias sobre monitorización de las emisiones y modelización de la calidad del aire y ha finalizado con una visita de los participantes en el curso a una empresa cerámica.
Fuente: Universitat Jaume I – UJI