Europa puede contar con un sistema eléctrico basado en energías renovables para 2035
- En España, el despliegue de los proyectos de renovables debe ir en consonancia con una descarbonización de la capacidad instalada existente.
El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), en alianza con más de 40 organizaciones de toda Europa, se ha embarcado en la campaña Beyond Fossil Fuels, que tiene como objetivo poner fin a los combustibles fósiles en el sector eléctrico europeo a más tardar en 2035.
Europa ha avanzado mucho en los últimos cinco años para romper su dependencia de los combustibles fósiles. Desde el año 2016, 23 países han anunciado que abandonarán el carbón -17 de ellos ya lo han hecho o harán antes de 2030-. De hecho, en los países de la Unión Europea, este fósil ya solo produce el 16% de la electricidad. Pero aún queda mucho por hacer. Para hacer frente a la emergencia climática, es esencial eliminar todos los combustibles fósiles del sector eléctrico europeo y sustituirlos no solo por energías renovables, sino mejorar la gestión de la demanda y la eficiencia energética.
El lanzamiento de esta campaña viene acompañado del estudio ‘Freedom from Fossil Fuels’, en el cual se muestran las medidas necesarias para reducir la demanda de carbón y gas en el sector eléctrico y de la calefacción para finales de 2025. A su vez, el estudio llama a gobiernos, empresas e instituciones financieras a hacer realidad un sistema eléctrico sin combustibles fósiles para 2035.
Aunque a nivel europeo las cifras de instalación de energía solar y bombas de calor alcanzaron máximos históricos en el 2022, aún están por debajo de lo necesario para sustituir a los combustibles fósiles y lograr la descarbonización del sistema eléctrico para 2035. Los datos presentados en el informe ‘Freedom from Fossil Fuels’ señalan que el continente debería desplegar cada día 14 turbinas eólicas en tierra y mar, y 30 grandes parques solares para cubrir zonas como aparcamientos o terrenos degradados. Este despliegue de energías renovables, tan necesario en toda Europa, debe ser a su vez respetuoso con la biodiversidad y el territorio.
“En el caso de España, si bien en el último año el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha dado el visto bueno a la implantación de 182 macroproyectos eólicos y solares, y más de 1.200 más pequeños han sido aprobados por las Comunidades Autónomas, es necesario acompañar este despliegue del cierre progresivo y planificado de las centrales fósiles”, afirma Carlota Ruiz-Bautista, abogada de IIDMA.
Así, datos de Red Eléctrica indican que la producción de electricidad a partir de fuentes no renovables se incrementó un 15,3% en el 2022 con respecto al 2021, representando un 57,8% de la generación de electricidad. Por ello, urge que tanto el gobierno como las empresas avancen rápidamente en buscar soluciones que reduzcan en última instancia el uso de combustibles fósiles.
En este sentido, Naturgy, una de las empresas con mayor número de centrales de gas en España, incrementó la electricidad producida por sus centrales en el 2022 con respecto al 2021, lo que provocó un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas. Sin embargo, en sus informes consolidados, la empresa utiliza el concepto de “Balance Climático” para indicar que si se hubiese generado la misma cantidad de electricidad a partir de carbón, se habría emitido más emisiones de GEI que las emisiones procedentes de sus centrales de gas en el 2022.
Tal y como explica el abogado del IIDMA Quentin Aubineau, “el ‘balance climático’ compara las emisiones de GEI reales de Naturgy y ‘las emisiones evitadas’, es decir, las que podría haber emitido Naturgy si hubiese generado electricidad a partir de una fuente más contaminante que el gas fósil. Este concepto de ‘emisiones evitadas’ se basa solamente en suposiciones”.
Ante este escenario, el IIDMA logró que Naturgy, en su informe consolidado 2022, dejara claro que el concepto de ‘Balance Climático’ no permite medir una reducción efectiva de sus emisiones de GEI. En dicho informe, la propia empresa señala que este concepto “no representa al objetivo de emisiones netas 0 establecido por la compañía ni al concepto de neutralidad recogido en el Acuerdo de París”. Aunque esto supone un avance en cuanto a la transparencia de sus actividades, y es cierto que la empresa está dando pasos para aumentar su capacidad instalada de energías renovables, aún es insuficiente para cumplir con los objetivos climáticos si no se acompaña del cierre de sus activos vinculados al gas fósil.
Accede al informe ‘Freedom From Fossil Fuels’
Fuente: Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA)