Sedigas y otras diez asociaciones presentan un manifiesto para aumentar la participación del biometano en el PNIEC
- La Comisión Europea fija en su propuesta REPowerEU en 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo de producción de biometano para 2030, el equivalente al 10% del consumo de gas natural a nivel comunitario.
España tiene la oportunidad de convertirse en un hub de biometano a nivel europeo gracias a un extraordinario potencial de producción, que le permitiría establecer unos objetivos equivalentes de al menos un 10% del consumo de gas natural. Este es uno de los principales mensajes del manifiesto impulsado por Sedigas –y elaborado junto a otras relevantes asociaciones sectoriales de la energía, la industria y el sector agro-ganadero nacional como ACOGEN, AEBIG, AOP, ASCER, ASAJA, COAG, Cooperativas Agro-alimentarias de España, FEIQUE, GasINDUSTRIAL y Gasnam-Neutral Transport – para poner de relieve la importancia estratégica de elevar la ambición para este vector energético.
La revisión y actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, que deberá remitirse a la Comisión Europea antes del 30 de junio, se presenta, por tanto, como una oportunidad para elevar considerablemente los objetivos de participación del biometano en el mix energético del 2030 compatibles con la senda de descarbonización, la competitividad y soberanía energética de España.
Además, objetivos alineados con las directrices señaladas por la Unión Europea en su REPowerEU de 2022 (35.000 millones de metros cúbicos de producción anuales). Un potencial español equivalente a cerca de ese 10% del consumo de gas natural a nivel comunitario para 2030, que debería servir a España de base sobre la que construir sus objetivos de producción, como se pone de relieve en el citado manifiesto.
Partir de esa referencia del 10% en la revisión del PNIEC posicionaría a España en la senda de países como Alemania, Francia o Italia, que ya están recogiendo los frutos medioambientales, sociales y económicos de una apuesta decidida por el biometano.
Asimismo, el PNIEC debería incorporar medidas e instrumentos regulatorios concretos para el cumplimiento de tales objetivos. En este punto, se aboga por impulsar un marco regulatorio cierto y estable, y suficientemente ambicioso en lo que respecta a los objetivos de participación del biometano en la matriz energética para ofrecer visibilidad, atraer y movilizar las inversiones necesarias de la iniciativa privada.
En palabras de Joan Batalla, presidente de Sedigas: “Veremos con buenos ojos cualquier iniciativa del Gobierno encaminada al establecimiento de un objetivo mucho más ambicioso que el actual en materia de gases de origen renovable en general y de biometano en particular. Nos ponemos a disposición del Ejecutivo para mantener todos los encuentros que resulten necesarios para alinear los objetivos a nuestro enorme potencial y a las directrices europeas”.
Un potencial de producción equivalente al 45% de la demanda anual de gas natural
España atesora un alto potencial de producción de este recurso renovable y autóctono que se traduce en una capacidad de generación estimada de 163 TWh, equivalentes al 45% de la demanda anual de gas natural nacional, lo que redundaría en una mayor autonomía energética de nuestro país, y el 40% del objetivo de biometano indicado en el REPowerEU.
Sumando todas las tecnologías disponibles, España podría albergar más de 2.300 instalaciones de producción, el equivalente a movilizar inversiones de más de 40.000 millones de euros, el 3,6% del PIB. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano en España’, elaborado por Sedigas, en colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic.
Además, su adopción se traduciría -realizando cálculos conservadores- en la creación de unos 62.000 empleos directos e indirectos en la operación y mantenimiento de las plantas, a los que habría que sumar el medio millón de los asociados a la construcción de las instalaciones, junto a los inducidos en los sectores primarios, la mayoría de ellos en el entorno rural.
Se trata de una tecnología madura y probada, que no requiere de nuevas infraestructuras y que puede aprovechar las redes gasistas y plataformas de mercado existentes, ni de adecuaciones de los equipamientos de los consumidores finales, al tratarse de una solución sustitutiva perfecta del gas convencional, democratizando el acceso a esta fuente renovable para las diferentes tipologías de consumidores y usos finales.
Fuente: Sedigas