El gran valor de las infraestructuras verdes en nuestras ciudades
Un equipo de la UPM ha realizado el cálculo de la huella de carbono y de la huella ecológica para cuantificar el impacto ambiental de las nuevas infraestructuras verdes y para evaluar la sostenibilidad en las tareas de implementación y gestión de las mismas. Para ello, los investigadores han analizado un conjunto de bosques urbanos y acciones agrícolas implementadas, dentro del Programa EU LIFE, en la ciudad de Lugo. Los resultados de este trabajo, publicado en la revista Urban forestry & Urban greening, muestran que la expansión de la infraestructura verde urbana generará un balance neto positivo de absorción de dióxido de carbono que ayudará a reducir los efectos del cambio climático y a mejorar la resiliencia y la sostenibilidad.
Casi a diario aparecen artículos en medios de comunicación sobre el presente y el futuro de las ciudades y la necesidad de hacer de estos espacios habitables, saludables y sostenibles. Cuando se plantean las características que debe tener una ciudad habitable, uno de los aspectos que no falta casi nunca es el “verde”, como un pulmón que la ciudad y sus habitantes necesitan para respirar y para mantener la relación tan necesaria entre ser humano y naturaleza. Las soluciones basadas en la naturaleza, implementadas en las ciudades, ayudan a mitigar las emisiones de dióxido de carbono, a reducir la contaminación atmosférica y acústica, a reducir la temperatura, a aumentar la biodiversidad y a mejorar la salud de las personas, contribuyendo, como resultado, a aumentar el bienestar y la sostenibilidad socioeconómica de los espacios urbanos.
Conscientes de ello, muchas ciudades están apostando por aumentar y poner en valor sus infraestructuras verdes. Lugo es una de ellas, y lo está haciendo a través de la puesta en marcha del proyecto del proyecto LIFE Lugo Biodinámico, liderado por el Ayuntamiento de la ciudad, en colaboración con la Diputación de Lugo, la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad Politécnica de Madrid, con apoyo económico de la Unión Europea.
Lugo + Biodinámico incluye un mosaico de 28 acciones, entre las que se puede destacar la creación de un arboretum gallego, la plantación de cultivos energéticos en el entorno urbano, la recuperación de un humedal o la construcción de un edificio en madera para uso público, que incorpora fachadas vegetales interiores y exteriores, y una superficie dedicada a huertos urbanos comunitarios.
En este estudio de han participado varios miembros del itdUPM como son Candela de la Sota, Vera Rufatto, Luis Ruiz (fundador de www.agrohuerto.com) y Sergio Álvarez (miembro del grupo de investigación www.huelladecarbonomontes.es).
Los resultados obtenidos muestran que las acciones llevadas a cabo en el proyecto Lugo + Biodinámico generarán un balance neto positivo de absorción de dióxido de carbono, lo que supone un beneficio para la mitigación de cambio climático. Además, según indican los investigadores, los beneficios podrían ser aún mayores si se realizan algunos cambios en las prácticas de implementación y manejo de las infraestructuras verdes, como el uso de maquinaria más eficiente, la minimización en el transporte de insumos y la reducción del uso de fertilizantes y del uso de agua para riego, a través de medidas como el aprovechamiento de agua de lluvia.
En opinión de Candela de la Sota, “este trabajo contribuye a demostrar, a través de datos cuantitativos, el importante potencial de contribución de las soluciones basadas en la naturaleza a la mitigación del cambio climático. Además, se espera que las lecciones aprendidas en este proyecto puedan servir de ejemplo para su aplicación en otras ciudades de tamaño medio como la ciudad de Lugo, de manera que estas puedan apoyarse en el uso de infraestructuras verdes para desarrollar modelos urbanísticos alternativos e innovadores, que sean resilientes y medioambientalmente sostenibles.”