Piezas de coche a partir de cáscara de arroz, una solución más ligera y sostenible
Es el alimento más popular del planeta, base de platos mundialmente conocidos y ahora…su cáscara también puede formar parte de un coche. Se trata del arroz. En un proyecto piloto de innovación basado en la economía circular, SEAT investiga el uso de Oryzite en sustitución de productos plásticos, con el objetivo de reducir la huella de carbono.
140 millones de toneladas de cáscara de arroz que aprovechar
Cada año se cosechan más de 700 millones de toneladas de arroz al año en el mundo. El 20% es cáscara de arroz, unos 140 millones de toneladas que en su gran mayoría se desechaban. “En la Cámara Arrocera del Montsià, con una producción de 60000 toneladas de arroz al año, buscamos una alternativa para aprovechar toda la cantidad de cáscara que se quemaba, unas 12000 toneladas, y la convertimos en Oryzite, un material que, mezclado con otros compuestos termoplásticos y termoestables, puede modelarse”, explica Iban Ganduxé CEO de Oryzite.
Renovable y sostenible
Esta nueva materia prima se está probando en revestimientos del SEAT León. “En SEAT estamos siempre trabajando en la búsqueda de nuevos materiales para mejorar nuestros productos y, en este sentido, la cáscara de arroz nos permite trabajar en la reducción de plásticos y material derivado del petróleo”, comenta Joan Colet, ingeniero de desarrollo de acabados de interiores en SEAT.
Más ligero, menos CO2
Los ensayos consisten en modelar algunas partes del coche, como el portón trasero, el doble piso de carga del maletero o el revestimiento del techo con cáscara de arroz mezclada con poliuretanos y polipropilenos. A simple vista no se diferencian en nada con las fabricadas con tecnología convencional, pero pesan mucho menos. “Las piezas son más ligeras, con lo que disminuimos el peso del coche, reduciendo así la huella de carbono”, según Colet, y añade que “además estamos utilizando un material renovable, promoviendo la economía circular y haciendo un producto más verde”.
Actualmente se están analizando los revestimientos para saber qué cantidad de cáscara es posible utilizar para que se cumplan al 100% los requerimientos técnicos y de calidad. Por ejemplo, el doble piso de carga del maletero pasa por pruebas de carga en las que debe soportar hasta 100 kilos de peso concentrados en un mismo punto para comprobar su rigidez y fuerza. También pruebas térmicas, que se realizan en la cámara climática, para analizar su resistencia al calor, el frío y la humedad. “Las exigencias técnicas y de calidad que pedimos a la pieza no cambian respecto a lo que hoy tenemos. En la medida que los prototipos que estamos haciendo cumplan esos requerimientos, estaremos más cerca de la introducción en serie”, explica el ingeniero de SEAT.
Innovación con propósito medioambiental
SEAT está firmemente comprometida con el cuidado del medioambiente y con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. En el marco de su estrategia de sostenibilidad y su misión corporativa MOVEtoZERØ, la compañía tiene como ambición minimizar el impacto medioambiental de todos los productos y soluciones de movilidad durante todo su ciclo de vida, desde la obtención de las materias primas y la producción, hasta el final de la vida útil. Stefan Ilijevic, responsable de Innovación de SEAT, señala que “la investigación es la vía para conseguir un futuro sostenible. Solo a través de la inversión en innovación seremos capaces de impulsar nuevos proyectos y materiales que disminuyan el uso de plásticos en el planeta y que contribuyan al cuidado global del medioambiente”. Con el proyecto piloto de economía circular Oryzite, la automovilística da un paso más en la investigación de nuevos materiales renovables para reducir el uso del plástico en sus futuros vehículos y conseguir una huella de carbono cero en 2050.
Fuente: SEAT