La calidad del aire se acerca a los niveles previos a la pandemia
La calidad del aire se acerca, en el último trimestre de 2020, a niveles previos a la pandemia. Así se desprende del Informe de indicadores de la calidad del aire que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha publicado en su página web. Este documento analiza el impacto de la pandemia de COVID-19 en la calidad del aire y amplía los datos recogidos en el informe previo publicado por MITECO en julio de 2020. El estudio muestra que, en el último trimestre del año, las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) registraron un aumento progresivo y cercano a niveles de años anteriores.
El informe mide en estaciones urbanas o suburbanas de municipios con más de 200.000 habitantes el comportamiento que han seguido dos de los contaminantes con mayor incidencia sobre el bienestar y la salud de los ciudadanos: el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión inferiores a 10 micras (PM10), ambos relacionados con el tráfico y la combustión en procesos industriales.
Además, se aprecia que las concentraciones medias mensuales de NO2 de 2020 se han mantenido por debajo del promedio con respecto a 2017-2019 durante todos los meses del año; no obstante, la leve reducción observada en septiembre y noviembre es similar a la de los meses de enero y febrero, por lo que podría considerarse que se llegaron a alcanzar niveles esperados para esos meses.
Récord mínimo mensual
Los indicadores que recoge el informe muestran que en 2020 se produjo una mejora sin precedentes en los niveles de calidad del aire de las ciudades, especialmente en lo que al NO2 se refiere, en los meses de marzo/abril de 2020, coincidiendo con el primer estado de alarma y las mayores restricciones a la movilidad. La reducción de la concentración del mes de abril respecto al promedio medido en años anteriores fue del orden del 47%. Los indicadores también muestran la recuperación paulatina de los niveles de este contaminante a lo largo del segundo semestre del año.
La evolución mensual de NO2 en estaciones urbanas y suburbanas presenta habitualmente su punto de inflexión en los meses de verano; sin embargo, en 2020 se observa cómo el mínimo mensual se dio en el mes de abril. Este hecho se puede asociar directamente al efecto de las medidas de restricción de la movilidad aplicadas en el primer estado de alarma. A lo largo del año 2020 los valores promedios semanales durante el primer periodo de alarma han sido significativamente inferiores al promedio de los últimos 3 años. Los más elevados han sido los registrados en estaciones urbanas.
Las partículas PM10, por su parte, han presentado una evolución heterogénea. La contribución del tráfico sobre las concentraciones de PM10 registradas no es la única fuente de contaminación, sus niveles se ven influidos por los episodios de fuentes naturales, como el polvo subsahariano.
La existencia de las intrusiones de fuentes naturales, fenómeno que ha sido frecuente a lo largo del periodo considerado, influye en los niveles registrados y dificulta la interpretación de los resultados obtenidos.
Recuperación de los niveles previos de calidad del aire
Pese registrarse niveles de movilidad inferiores a años anteriores en el último trimestre del año, las concentraciones de NO2, fundamentalmente asociadas al tráfico, muestran un aumento progresivo y cercano a niveles de contaminación de años anteriores. En algunas ciudades españolas se observan valores superiores de los medidos en las primeras semanas del año, previas al primer estado de alarma.
Los resultados de este estudio invitan a abrir una reflexión acerca de cómo avanzar hacia un nuevo paradigma de movilidad que posibilite una recuperación tras la crisis que permita reducir congestión, contaminación, emisiones de gases de efecto invernadero y ruido en nuestras ciudades. Resulta fundamental, por tanto, adoptar las medidas oportunas para el fomento de una movilidad más sostenible.
La progresiva recuperación de la actividad hace necesario plantearse los retos asociados a la movilidad sobre la base de una estrategia de conjunto que incluya una reducción de desplazamientos (fomento de teletrabajo), medidas para evitar concentración de desplazamientos (flexibilidad horaria), impulso al transporte público y a la electrificación, y el fomento, en general, de la movilidad activa (bicicleta, pero también a pie) y otras modalidades de micro movilidad (patinete, etc.).