Las instituciones financieras tendrán un papel clave en el paso a la economía circular
El sector financiero puede y debe transitar hacia la circularidad al garantizar que los patrones de consumo y producción de las empresas en las que invierte hagan un uso más eficiente de los recursos y minimicen los residuos, la contaminación y las emisiones de carbono, según un nuevo informe de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI).
‘Financiamiento de la circularidad: Desmitificar las finanzas para la economía circular‘, lanzado en la Mesa Redonda Global 2020 de UNEP FI, describe cómo las instituciones financieras pueden ayudar a rediseñar las economías globales a través de un cambio en la forma en que consumimos y producimos.
El paso a economías circulares podría generar más de 4.000 millones de dólares en producción económica anual para 2030, al tiempo que ayudaría a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, proteger la salud de nuestros ecosistemas y permitir la recuperación sostenible tras la pandemia de COVID-19. Los bancos, las aseguradoras y los inversores pueden desempeñar un papel fundamental al proporcionar a las empresas productos financieros que contribuyan a la economía circular, conserven los recursos naturales y eviten o reduzcan el desperdicio. Actualmente, las instituciones financieras carecen de conciencia sobre la circularidad, así como de la experiencia, los productos y los servicios para aprovechar las oportunidades comerciales.
“La recuperación económica de la pandemia de COVID-19 es una oportunidad para estimular la transición urgente hacia un consumo y una producción más sostenibles. Necesitamos tanto al sector público como al privado para transformar nuestras economías con el fin de que aborden el cambio climático, reduzcan la contaminación y mejoren la eficiencia de los recursos. La acción colectiva es fundamental para cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
«El sector financiero y los responsables de políticas en particular tienen un papel central que desempeñar para abandonar el crecimiento lineal y derrochador de la actualidad e integrar la circularidad en las finanzas y nuestras economías», añadió Andersen.
El crecimiento de los modelos comerciales circulares requerirá cambios estructurales y tecnológicos, incluida la innovación en el diseño y fabricación de productos y servicios, reducción de insumos agrícolas y del desperdicio de alimentos, y el uso de tecnologías digitales para aumentar la transparencia y la sostenibilidad en las cadenas de suministro.
Las instituciones financieras encuestadas para el informe reconocieron que existen oportunidades para impulsar la circularidad en los sectores de edificios y construcción, alimentos y agricultura, y productos químicos y electrónicos en particular. El informe explora las transiciones que ya están en marcha en estos sectores, así como en las áreas de manufactura, vestuario y moda, minería y energía e y la innovación transversal en materias como la tecnología digital.
El estudio describe una serie de recomendaciones para que las instituciones financieras impulsen la circularidad:
- Integrar la circularidad en sus estrategias comerciales centrales y aumentar su evaluación de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza.
- Establecer objetivos sobre la eficiencia de recursos.
- Reorientar los préstamos y las inversiones hacia tecnologías más sostenibles y financiar modelos comerciales innovadores.
- Hacer de la circularidad financiera un motivo de exclusión en lugar de una alternativa voluntaria en los instrumentos financieros convencionales.
- Evaluar cómo el financiamiento de la circularidad puede contribuir a la implementación de marcos clave de la industria financiera, como los Principios de Banca Responsable y los Principios para la Sostenibilidad en Seguros de la Iniciativa Financiera del PNUMA.
El informe destaca ejemplos de innovación en la circularidad financiera, incluido un bono de sostenibilidad emitido por el banco italiano Intesa Sanpaolo, en colaboración con la Fundación Ellen MacArthur, para financiar proyectos y negocios bajo una línea de crédito de 5.000 millones de euros. El mecanismo apoyará las oportunidades de economía circular, como ofrecer soluciones para la extensión de la vida útil de bienes y materiales, la regeneración de capital natural (por ejemplo, restauración de suelos degradados), el diseño circular centrado en la reducción de residuos y contaminación, los procesos que producen o dependen de recursos reciclados, la eficiencia de recursos en la cadena de suministro, la logística inversa, la recogida, la separación y el reciclaje de materiales usados y las tecnologías innovadoras para posibilitar modelos de negocio circulares.
La compañía sueca de seguros Omocon ha desarrollado un producto de microseguro para la economía colaborativa que involucra bienes compartibles alquilados en una plataforma. El producto protege al propietario de un bien o activo compartible que necesita protección contra daños. Omocom recopila datos en la plataforma de intercambio para analizar las estadísticas de uso de las transacciones de intercambio para calcular el riesgo y el precio de los seguros.
El informe también identifica la necesidad de que los gobiernos proporcionen al sector financiero incentivos y un marco político y legislativo propicio para acelerar la integración de la circularidad en los productos y servicios financieros. Las recomendaciones dirigidas a legisladores, reguladores y supervisores de la industria financiera para abordar las barreras y estimular las oportunidades incluyen: integrar medidas para catalizar una transición justa a una economía circular en las políticas, reglas y regulaciones climáticas, implementar estrategias de recuperación de la COVID-19 que incorporen la circularidad en el crecimiento económico y se enfoquen en una recuperación resiliente e inclusiva, y la aplicación de políticas, leyes e instrumentos relacionados para abordar las barreras sistémicas de la circularidad.
Fuente: ONU Medio Ambiente