Según la ONU, la mitad de los países del mundo tienen sistemas de agua dulce degradados
- El nuevo panel apoyará a los gobiernos y otras partes interesadas aportando asesoramiento basado en la ciencia sobre los problemas y preocupaciones acerca de la contaminación.
En la mitad de los países del mundo, uno o más tipos de ecosistemas de agua dulce están degradados, incluidos ríos, lagos y acuíferos. El caudal de los ríos ha disminuido significativamente, las masas de agua superficial se están reduciendo o perdiendo, el agua ambiental está cada vez más contaminada y la gestión del agua no está encaminada. Estas son algunas de las conclusiones de tres informes que hacen un seguimiento de los avances en materia de agua dulce, publicados por ONU-Agua y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La serie trienal de informes se centra en los avances hacia la consecución del objetivo de “agua limpia y saneamiento para todos” (ODS 6) mediante la protección y la restauración de las fuentes de agua dulce. Basados en conjuntos de datos más numerosos que nunca, los informes reiteran el llamamiento a intensificar el apoyo a los Estados miembros para hacer frente a los desafíos a través de la estrategia de todo el sistema de las Naciones Unidas para el agua y el saneamiento y el próximo Plan de aplicación colaborativo que la acompaña.
“Nuestro planeta azul se está quedando rápidamente sin masas y recursos de agua dulce saludables, con unas perspectivas nefastas para la seguridad alimentaria, el cambio climático y la biodiversidad”, dijo Dianna Kopansky, Jefa de la Unidad de Agua Dulce y Humedales de la División de Ecosistemas del PNUMA. “En este momento crítico, los compromisos políticos mundiales en favor de la gestión sostenible del agua nunca han sido tan grandes, incluso mediante la aprobación de una resolución sobre el agua en la última Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en febrero, pero no están siendo acompañados por la financiación o la acción necesarias. Las políticas de protección y restauración, adaptadas a las diferentes regiones, están frenando una mayor pérdida y demuestran que revertir la degradación está a nuestro alcance. Necesitamos sin duda más de ellas”.
Degradación generalizada
Se ha informado de que 90 países, la mayoría de ellos en África, Asia central y sudoriental, están experimentando la degradación de uno o más ecosistemas de agua dulce. Otras regiones, como Oceanía, marcan mejoras. La contaminación, las presas, la conversión de la tierra, la sobreextracción y el cambio climático contribuyen a la degradación de los ecosistemas de agua dulce.
Influenciado por el cambio climático y el uso de la tierra, el caudal de los ríos ha disminuido en 402 cuencas de todo el mundo, un aumento de cinco veces desde 2000. Un número mucho menor está ganando caudal.
La pérdida de manglares debido a las actividades humanas (por ejemplo, la acuicultura y la agricultura) plantea un riesgo para las comunidades costeras, los recursos de agua dulce, la biodiversidad y el clima debido a sus propiedades de filtración de agua y secuestro de carbono. Se informó de disminuciones significativas de los manglares en el sudeste asiático, aunque la tasa neta general de deforestación se ha estabilizado en la última década.
Los lagos y otros cuerpos de agua superficial se están reduciendo o desapareciendo por completo en 364 cuencas de todo el mundo. Un nivel alto y continuo de partículas y nutrientes en muchos lagos grandes puede provocar floraciones de algas y aguas con bajo contenido de oxígeno, principalmente causados por la tala de tierras y la urbanización, y ciertos fenómenos meteorológicos.
Sin embargo, la construcción de embalses contribuye a una ganancia neta global de agua permanente, principalmente en regiones como América del Norte, Europa y Asia.
Bajos niveles de seguimiento de la calidad del agua
La mitad más pobre del mundo aporta menos del 3 por ciento de los puntos de datos de calidad del agua global, incluidas solo 4,500 mediciones de calidad de lagos de casi 250,000. Esto revela una necesidad urgente de mejorar la capacidad de seguimiento.
La falta de datos a esta escala significa que para 2030 más de la mitad de la humanidad vivirá en países que tienen datos de calidad del agua inadecuados para fundamentar las decisiones de gestión relacionadas con la sequía, las inundaciones, los impactos de los efluentes de aguas residuales y la escorrentía agrícola.
Cuando se dispone de buenos datos, estos muestran que la calidad del agua dulce se ha estado degradando desde 2017. Cuando faltan datos, las señales no son prometedoras.
Los autores del informe recomiendan la expansión y el desarrollo de programas rutinarios de seguimiento financiados por el gobierno, así como la incorporación de la ciencia ciudadana en dichos programas nacionales y la exploración del potencial de la observación de la Tierra basada en satélites y los productos de datos modelados para ayudar a llenar el vacío de datos.
Progreso insuficiente en la gestión de los recursos hídricos en más de 100 países
Equilibrar las necesidades contrapuestas de la sociedad y la economía para el uso sostenible del agua requiere la implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH) en todos los sectores, a todos los niveles y a través de las fronteras para 2030.
47 países han alcanzado plenamente o casi alcanzado la GIRH, 63 países necesitan acelerar la implementación, mientras que 73 países tienen solo una capacidad limitada para la GIRH. Al ritmo actual de progreso reportado, el mundo solo logrará la gestión sostenible del agua en 2049. Esto significa que para 2030 es probable que al menos 3.300 millones de personas en más de 100 países tengan marcos de gobernanza ineficaces para equilibrar las demandas contrapuestas de agua.
Las soluciones incluyen desbloquear la financiación mediante acuerdos de recaudación de ingresos y recuperación de costos, inversiones en infraestructura y gestión, así como acción coordinada, mayor capacidad institucional y mejores redes de monitoreo.
Fuente: ONU Medio Ambiente