Un estudio muestra cómo afecta el consumo de las ciudades a las emisiones globales
Las nuevas formas de medir la huella climática de las áreas urbanas que incluyen el consumo – que utilizan, comen y visten las empresas y la ciudadanía en nuestras urbes, y como se elaboran y transportan estos productos – muestran que las ciudades tienen una mayor influencia en las emisiones globales de lo que se solía pensar.
El estudio publicado recientemente por la Red de Ciudades C40, concluye que las emisiones procedentes del consumo de casi 100 de las ciudades más grandes del mundo representan ya el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin una actuación urgente esas emisiones serán casi el doble llegado el año 2050. El estudio revela asimismo una oportunidad increíble para que las ciudades y sus habitantes contribuyan aún más al esfuerzo global de reducir las emisiones y abordar la emergencia climática.
Este nuevo estudio, ‘El futuro del consumo urbano en un mundo de 1,5°C’ – elaborado junto con Arup y la Universidad de Leeds – advierte que las emisiones procedentes del consumo deberán reducirse en al menos un 50% para el 2030 si se quiere mantener el aumento de la temperatura global por debajo del umbral de 1,5°C.
Si estas medidas se combinan con los esfuerzos firmes de las ciudades en reducir las emisiones locales, esto conllevaría un 35% del ahorro de emisiones necesario para posicionarlas en el camino hacia el objetivo de 1,5°C.
Es necesario recortar mucho más rápido – en dos tercios para el 2030 – en las zonas de ingresos altos, ya que estas generan la mayor parte de las emisiones. Afortunadamente, el estudio llega a la conclusión de que si los países, las empresas, las ciudades y sus habitantes actúan firmemente por el clima en los próximos 10 años, las ciudades lograrán reducir sus emisiones en línea con un mundo de 1,5°C.
“Evitar la crisis climática significa mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5°C sobre los niveles preindustriales. Transformar la economía global para conseguir ese objetivo requerirá medidas en una escala nunca antes vista en tiempos de paz. Todo y todos tendrán que cambiar, pero el primer paso es entender que es lo que hay que hacer. Este estudio demuestra claramente que cambiar la forma en que consumimos puede suponer una aportación significativa a la reducción de las emisiones”, dijo Mark Watts, Director Ejecutivo de la Red de Ciudades C40. “Esto es una llamada de alerta a todos los lideres, empresas y la ciudadanía para que tengan en cuenta el impacto climático, tanto local como global, de lo que consumen.”
Las ciudades ya están mostrando el camino
Los alcaldes y alcaldesas están ya liderando la respuesta a la emergencia climática al establecer objetivos con base científica compatibles con la preservación del incremento de la temperatura global en 1,5°C, y están tomando medidas de gran impacto para reducir las emisiones locales de edificios, energía, transporte y residuos. Veintisiete ciudades C40 ya han registrado caídas en sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, la Red de Ciudades C40 representa la cuarta parte de la economía global, y el 85% de las emisiones asociadas a bienes y servicios consumidos dentro de sus territorios son importados de otros lugares.
Hay que empezar por aquellos que consumen más. Para alcanzar la reducción necesaria, las zonas urbanas de ingresos altos deben reducir en dos tercios el impacto climático de su consumo durante la próxima década, mientras que las economías de rápido desarrollo deberán adoptar patrones de consumo sostenibles a medida que sigan creciendo. Muchos habitantes de las ciudades de C40 todavía no consumen lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, por lo que es crucial asegurar que tanto la reducción de las emisiones del consumo como la transición sean justas.
Abordar las emisiones procedentes del consumo en seis sectores
Este informe explora seis sectores en los que los líderes, empresas y habitantes de las ciudades del mundo pueden actuar rápidamente para abordar las emisiones procedentes del consumo: alimentación, construcción, ropa, vehículos, aviación y electrónica. En todos estos sectores existe un potencial notable de reducción de las emisiones procedentes del consumo:
Estas medidas juntas ahorrarían aproximadamente 1.5 GtCO2e al año para el 2030. En combinación con los compromisos ya existentes por parte de las ciudades, supondrían un 35% de las reducciones necesarias en las emisiones procedentes del consumo para posicionar a las ciudades de C40 en la senda del objetivo de 1,5°C .
- Alimentación: tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo de alimentos en un promedio de 31-37% para el 2030 en las ciudades de C40, con medidas como servir y facilitar la adopciónn de dietas con un mayor componente vegetal, promover el consumo de cantidades consideradas saludables y reducir los desperdicios alimenticios.
- Construcción: tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo en edificios e infraestructuras en un 26% para el 2030 en las ciudades de C40:
○ Regulaciones e incentivos para utilizar menos materiales podrían reducir el uso de acero y cemento en un 35% y 56%, respectivamente.
○ Asegurar que todos los edificios sean utilizados a plena capacidad podría conducir a una reducción del 20% en la necesidad de nuevos edificios.
○ Es necesario transicionar hacia materiales de menor impacto, como la madera sostenible (sustituyendo en parte al cemento) en el 90% de las viviendas y en el 70% de las oficinas que se construyan. - Ropa: tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo de ropa y textiles en un 39% para el 2030 en las ciudades de C40, con medidas tales como promover nuevos modelos de negocio en ropa centrados en el reciclado, la modernización de prendas antiguas, el alquiler y la reutilización de la ropa.
- Vehículos: tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo del transporte privado en un 28% para el 2030 en las ciudades de C40, con medidas que reduzcan y eventualmente se acerquen a eliminar por completo la necesidad de tener un automóvil privado, que reducirá costes y cederá espacio en las calles a los peatones. Esto se lograría reforzando el transporte público y facilitando y rentabilizando el uso de vehículos compartidos o alquilados. Las ciudades pueden también trabajar con los fabricantes con el fin de maximizar la duración de los vehículos e incrementar la eficiencia de los materiales.
- Aviación: tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo de aviación en un 26% para el 2030 en las ciudades de C40. En parte, esto se conseguirá gracias a intervenciones tecnológicas, como el uso de combustible sostenible en la aviación. Sin embargo, dado que se tardará un tiempo en llegar a ese punto, para alcanzar los objetivos de emisiones de carbono se deberá restringir en un 28% el número de vuelos a través de las ciudades de C40. Las mayores reducciones se requerirían en los lugares donde haya más vuelos. Esto ayudaría a garantizar el uso del transporte para toda la ciudadanía respetando el clima, en lugar de que solamente una pequeña parte de la ciudadanía vuele regularmente y agote por si misma los presupuestos de carbono. Para que ello sea posible, es necesario proporcionar alternativas viables como trenes de alta velocidad asequibles para toda la ciudadanía.
- Electrónica: Actuando conjuntamente, los alcaldes y alcaldesas, empresas, y la ciudadanía podrían tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo de electrónica y bienes de consumo en un 18% para el 2030 en las ciudades de C40, con medidas como prolongar la vida de los artículos de electrónica por lo menos 7 años, ahorrando dinero y residuos. Esto se podría lograr por medio de talleres comunitarios que permitan la reparación de artículos de electrónica, o “bibliotecas de herramientas” donde estas pueden tomarse prestadas de forma temporal.
Abordar las emisiones procedentes del consumo será un objetivo clave de la reunión de los líderes municipales de todo el mundo destinada a señalar un camino de medidas climáticas audaces y concretas en la Cumbre Mundial de Alcaldes y Alcaldesas de C40, que se celebrará en Copenhague entre el 9 y el 12 de octubre de 2019.
Beneficios de la reducción de las emisiones procedentes del consumo
Los cambios en los patrones actuales de consumo que es necesario llevar a cabo en los centros urbanos de todo el mundo son, en algunos casos, dramáticos, pero tanto las personas como las empresas y autoridades municipales se beneficiarán si se llevan a cabo correctamente.
Los beneficios de la reducción de emisiones procedentes del consumo incluyen:
- Una ciudad densa y de ingresos altos como Londres podría ahorrar casi 11.000 millones de dólares en los próximos 5 años al optimizar la eficiencia y el uso de los edificios existentes, y evitando nuevas construcciones.
- Podrían evitarse 170.000 muertes al año en las ciudades de C40 si sus habitantes comieran menos carne roja y más frutas y verduras.
- Si se redujera la propiedad de vehículos privados, podrían devolverse al dominio publico 170 millones de m2 de plazas de estacionamiento en las calles de las ciudades de C40, lo que permitiría plantar 2,5 millones de árboles y ofrecer 25.000 km de carriles para bicicletas.
- Los habitantes de las ciudades de C40 podrían ahorrar 93.000 millones de dólares al cambiar su forma de consumir ropa y textiles.
- Se podría evitar gastar 70 millones de dólares en danos a la salud humana, edificios e infraestructuras en las ciudades de C40 al reducir los vuelos y adoptar combustibles de aviación sostenibles.
- Una transición global hacia la producción no contaminante hará el mundo más seguro y mas verde, y los estudios sugieren que a largo plazo se generaran más puestos de trabajo que los que se reemplazaran.
Una vía para cerrar la brecha de emisiones
Los alcaldes y alcaldesas, gobiernos centrales, empresas y consumidores deben trabajar juntos en tomar medidas inmediatas y ambiciosas para descarbonizar las cadenas globales de suministro, evolucionar hacia las prácticas de consumo sostenibles, y avanzar hacia una economía baja en carbono. Actualizar los objetivos nacionales para iniciar una transformación acelerada de la producción global con una mayor descarbonización de la electricidad, la eficiencia energética y el uso de combustibles bajos en carbono en edificios y transporte, así como los procesos industriales con menor contenido de carbono – particularmente en la industria del cemento, el acero y la petroquímica – proporcionara el 95% de las reducciones necesarias para 2050.
“A medida que crece la evidencia, queda claro que todos debemos hacer mas, y con aun mayor urgencia, para mitigar la amenaza del cambio climático” – dijo Ben Smith, Director de Energía y Cambio Climático de Arup. “Los alcaldes y alcaldesas de la red de ciudades de C40 están bien posicionados para asumir el liderazgo sobre este punto, y creemos que enfocarnos en las emisiones procedentes del consumo puede ser beneficioso para promover la colaboración”.
“Este informe se centra en las medidas clave para reducir las emisiones procedentes del consumo en las ciudades de C40. Todos nosotros, desde los lideres municipales y las empresas hasta las personas, tenemos un papel importante que desempeñar al desarrollar políticas, regulaciones e incentivos, y promover un cambio de comportamiento en todos los sectores de la sociedad”.
“Las medidas del informe son ambiciosas y complejas, pero es necesario actuar con audacia”.
«Hay un consenso creciente, basado en pruebas convincentes, de que nos enfrentamos a una crisis climática y de que es necesario actuar rápidamente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo el profesor John Barrett, presidente de la Cátedra de Investigación sobre Sostenibilidad de la Universidad de Leeds. “Además de la actuación a nivel nacional, las ciudades tienen una oportunidad única de proporcionar opciones de mitigación.
Las ciudades pueden reducir claramente sus emisiones directas de la calefacción, electricidad y movilidad dentro de las ciudades, así como reducir las emisiones que se producen fuera de ellas debido a los patrones de consumo de sus habitantes. Este informe documenta la huella de carbono de las principales ciudades de todo el mundo al tiempo que analiza un rango de estrategias y políticas que se pueden implementar en el ámbito municipal».
Fuente: C40 Cities